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Dibujos secuenciales
Desde 1925, estas viñetas se han utilizado en The New Yorker para cuadrar las columnas de texto y, hace unos años, la revista empezó a asignar todas las de un número al mismo ilustrador. Pero la composición digital eliminó la necesidad de rellenar espacios, y estos dibujos cobraron mayor valor por derecho propio. Muchos artistas han contribuido a este formato tan característico, pero como ha señalado Luc Santé, Richard McGuire fue el primero, en febrero de 2005, en concebir dichas viñetas como secuencias narrativas, lo que supuso un planteamiento nuevo e innovador: imágenes engañosamente simples que, intercaladas a lo largo de las páginas de la revista, contaban una historia.
Por supuesto, en manos de Richard McGuire estas secuencias son siempre una delicia: ingeniosas, sorprendentes y llenas de guiños de un humor finísimo.
$ 74.000Dibujos secuenciales
$ 74.000La venganza de los bibliotecarios
Con su estilo más que reconocible, a Tom Gauld no hay objetivo que se le resista: es capaz de abordar cualquier temática con su mirada irónica y certera. En esta ocasión, regresa al mundo literario para poner el foco en el templo de los libros y sus guardianes: bibliotecas y bibliotecarios.
Con la inteligencia sin pretensiones a la que nos tiene acostumbrados, dando rienda suelta a su amplio conocimiento acerca de las triquiñuelas del sector y sirviéndose de su habilidad para las analogías científicas y su reconocido gusto por la ciencia ficción, Gauld regresa con una colección de viñetas imperdible, que reúne lo mejor de sus publicaciones semanales de The Guardian.
La venganza de los bibliotecarios viene a confirmar que su ingenio es inagotable.
$ 99.000La venganza de los bibliotecarios
$ 99.000Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora
Con una mirada irónica y una predilección por la excentricidad y el absurdo, las historietas de Gauld conforman un microcosmos en el que se entremezclan lo clásico y lo contemporáneo, las referencias culturales y las veleidades del comportamiento humano, y donde coexisten novelistas frustrados, detectives victorianos y robots.
$ 82.000